Experiencias, sólo se viven una vez

y ahí estaba...

tanto tiempo ensayando para llegar a este momento, y ahora que lo consigo hay tal cantidad de sensaciones dentro de mí que no soy capaz de articular movimiento.

Sentía miedo, "y si no gusta lo que hago", me temblaban los dedos...

En la sala solo se escuchaban murmullos, todo era armonía, pero era tal mi estado, que casi no podía afinar las cuerdas de mi guitarra...

Como voy a ser capaz de tocar un simple acorde, si me pesan las manos como si estuvieran rellenas de plomo.

Empezamos a ensayar en el camerino, parece que la cosa pintaba bien...

Siempre hay algún curioso, enchufaillo de la sala, que le gusta estar para los ratitos de antes y después de las actuaciones...

(Parece que le gusta lo que oye)

Se empieza a afinar la voz de mi gente, la guitarra coge tono, ¡¡Esto suena!!

Llega el aviso, "Quedan cinco minutos"

Vuelven los nervios, aunque esta vez se controlan porque sabes que todo va a ir bien

Llegó el momento, todos al escenario.
Pasas entre la gente que susurra a tú paso diciendo si te conocen o te han oido alguna vez.

Primer acorde, parece que la guitarra suena bien, "Pienso que me voy a atrever con una falseta", el cantaor me lo agradece, coge tono y se arranca por soleares.

El resto fue coser y cantar...

Y lo más curioso de todo, es que ahora cada vez que subo al escenario quiero sentir la sensación de la primera vez, antes de comenzar...

Porque, hay experiencias que sólo se viven una vez, pero tambien hay situaciones, que aunque parecen repetidas cada vez son una experiencia diferente.

Un abrazo y mi melodía más sureña.